Las vacas muestran su afecto entre sí lamiendo la cabeza, los hombros y la espalda de las demás. Alejarlos de sus amigos a menudo los pone estresados y tristes. No es difícil para las vacas reconocerse entre sí porque la voz y el olfato no son intercambiables. Además, son muy inteligentes y pueden reconocer hasta otros 100 animales en una manada. No solo pueden resolver acertijos, sino que también lo disfrutan mucho. Una vez que descubren cómo abrir una puerta con la cabeza, saltan en el aire y se sueltan.